En una vasovasostomía realizamos una incisión de unos 3 centímetros en la bolsa escrotal sin tocar en ningún momento el testículo. Realizamos la misma operación en ambos lados para conectar ambos testículos. Es cierto que con hacerlo en uno de los dos sería suficiente ya que muchos hombres con un solo testículo pueden tener hijos, pero al hacerlo de forma bilateral nos aseguramos de que funcione en caso de que alguno de los dos falle. De todas formas, se realiza en ambos lados con la intención de que ambos vuelvan a funcionar a la perfección.
Una vez hecha la incisión, se localiza el conducto deferente y se observa donde se realizó la vasectomía. En muchos casos, en la zona del deferente donde se llevó a cabo el corte se ha generado un callo que debe evitarse buscando una parte del conducto en buen estado, puesto que si se empalmara la zona callosa, no podrían fluir los espermatozoides y la intervención sería inútil.
Para unir ambas partes del deferente se emplea un microscopio que amplía el área entre unos 25 y 40 aumentos debido a que el diámetro del conducto es de aproximadamente medio milímetro. Esto requiere una enorme precisión quirúrgica y hace imposible operar a simple vista.
Finalmente, la cicatriz resultante de la vasovasostmía es bastante discreta, vendría a ser como la de una vasectomía hecha por un urólogo principiante.
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